Fernando es un nivel de futbolista que no solemos tener. Es el amo, el jefe, The Boss. Jerarquía absoluta. Jordán es completo. Toda las suertes que hay que gestionar en el centro de campo las meneja con soltura. Estos dos son titularísimos. El tercero en el medio sería Banega, pero lo suyo es el pensamiento lateral, la personalidad divergente. Hay que estar pendiente de cómo se levanta de la siesta. Oliver le da mucho dinamismo al centro del campo y tiene eso que tenía Xavi de saber lo que va a hacer antes de que le llegue el balón, pero aún le falta aplomo. Mudo, para aguantar el balón cuando la cosa se ponga de cara, es óptimo. Pero el medio, en general, está muy bien. Mejor que el año pasado.
Esos cambios de juego de Reguilón, de Jordán, de Fernando, a Navas y Ocampos... Eso es fútbol de muchos quilates (el bueno de Carriço intentó hacer dos y los mandó a tomar por culo...
Pero todo eso no sirve sin juego entre líneas y último pase. Extremos a pierna natural soltando balones laterales después de tres amagos y cuatro pareditas a un 9 que está con dos centrales es perder el tiempo en el fútbol actual. Hasta unos juveniles neutralizan ese juego.
Y detrás... Ahí llegamos a la zona de exclusión de Chernóbil. Toxiciy, como ese pedazo de album de los System of a Down. Traje de aislamiento, placas de plomo en los huevos y máscaras antigas. Todo lo que ganemos jugando lo perderemos con estas mulas cojas que tenemos detrás. Goles de chiste. Si jugamos con hologramas y realidad virtual en 3D defendemos mejor que con estos lisiados. NO podemos meternos a jugar 50 partidos sólo con una linea de 4 buenos atrás sin un puto relevo de garantías.