Hace casi dos años sobre chispa más o menos que no aparece nadie por este hilo que explica lo inexplicable que es un jolgorio-fiesta-bacanal donde las borracheras suelen ser casi obligatorias por la gran cantidad de ''borracherías'' existentes en la vieja Híspalis... y digo Híspalis por no decir la antigua Al-Andalus venida a ser Hispania y luego este batiburrillo de naciones que ha terminado [por ahora] siendo España...
Pero vayamos al meollo del asunto; uséase, a la Semana Santa española en general y andaluza sevillano-malagueña en particular...
Los romanos fueron los nazis de hace más de dos mil años... y tanto los asesinos locos de entonces como los majaretas asesinos de hace menos de un siglo fundamentaron sus barbaridades en llevarlo todo apuntado... los romanos apuntaban hasta el último kilo de lentejas que consumían sus legiones hasta en el intento de Adriano de anexionarse la Britania o cuantos sextercios gastaron en sandalias claveteadas para culminar su imperio mediterráneo... pero no apuntaron nada sobre un individuo de la dominada Galilea que hacía cosas tan extraordinarias como convertir el agua en vino, sacarse de la gorra tres mil panes y tres mil peces y resucitar muertos... aunque lo primero, ---lo de convertir el agua en vino---, lo hace cualquier tabernero algo espabilao...
Pero vayamos a lo que vamos... nada apuntaron sobre aquel individuo que, además, había sido parido por una virgen quinceañera preñada por un espíritu en forma de paloma, ---supongo que palomo---, que continuó con el virgo intacto antes, durante y después del parto... y que, por si fuera poco, cuando le llegó la hora de morir, fue asumida a los cielos por unos ángeles para que esté, a día de hoy, sentada por allí rogando por todos nosotros incluidos los ateos recalcitrantes como el que esto escribe... los que piensen que soy algo exagerado no tienen más que consultar el dogma de la asunción de María...
Lo dicho... fue un tal Saulo de Tarso, un hideputa recaudador de impuestos, el que camino de Damasco se endiñó tal costalada del caballo que se inventó tamaña falacia pero que tan cohonudamente le ha venido a la industria hostelera andaluza para hacerse con unos capitalitos bastante saneados.
PD: Menos mal que las borrascas no suelen ser nada creyentes... sobre todo ésta llamada Nelson pa más inri.