SevillaFC 2-1 Leganés CF: Mas vale que a Berizzo le guste Sarabia
Las cosas de la vida. La semana pasada, más allá de la clásica justificación de «me han hackeado la cuenta», Pablo Sarabia dejaba caer su disconformidad con lo que el entrenador contaba con él.
Después de reivindicarse parcialmente en Cartagena, Pablo Sarabia agarró ayer la camiseta de la titularidad que no debe abandonar salvo que baje alarmantemente su nivel.
Porque su partido fue demencial. De esos que dejan claro que la alineación de Berizzo debe ser con él y 10 más. Asistió magistralmente en el gol de Ben Yedder que abría la cuenta, hizo un golazo para poner el 2-1 rápidamente tras el empate del Leganés, y por si todo esto fuera poco, se vació como lateral derecho apretando los dientes cuando Corchía dijo que no podía más y el Lega apretaba en busca del empate.
Con lo guadianesco del rendimiento de Correa, Nolito o Navas, parece claro que uno de los puestos en las alas de este Sevilla con tan poca sangre y fútbol debe ser él. Mejor si es desde el flanco derecho, donde tira hacia el centro y hace jugar al resto del equipo.
Porque el Sevilla sigue sin jugar a casi nada. Ayer Berizzo se parapetó con un doble pivote y sólo Krohn-Dehli como creativo. El resultado fue un partido tosco, disputado, pero seguro que el entrenador piensa ya que mejor construir la casa por los cimientos. Dejar de recibir las últimas goleadas sonrojantes de Moscú o Valencia, y esperar que los de arriba, aunque con poco juego colectivo, resuelvan en alguna individualidad.
Eso ocurrió dos veces, cuando Sarabia puso de gol a Ben Yedder, y después coló un golazo por la escuadra de Cuéllar. Él sólo resolvió el partido y dejó claro que a día de hoy debe ser titularísimo.
Con la moral relativamente recuperada tras las victorias de Cartagena y Leganés, afronta ahora dos partidos cruciales. El primero sobre todo, que determinará las opciones reales de clasificación para octavos de la Champions. Ante el Spartak en casa no se puede fallar si se quiere avanzar en la máxima competición.
